Muchos entrenadores basan sus métodos en la idea de que los caballos necesitan un «líder», argumentando que éstos tienen un «alfa» natural dentro de la manada.
Durante muchos años, los científicos (etólogos) que estudian el comportamiento de los caballos saben que las manadas equinas son extremadamente complejas y que la idea de que haya un solo líder es demasiado simplista e incorrecta. Sin embargo, lamentablemente la idea se ha estancado y son muchos los caballos sometidos y obligados a seguir o respetar a su «líder» humano.
El caballo es un animal sociable por naturaleza que busca vivir amistosamente dentro de una manada, mostrando escasa agresividad. En su entorno natural, con comida abundante, refugios, espacio y agua, no tiene necesidad de competir con otros miembros del grupo para poder sobrevivir por los recursos. De hecho, los caballos normalmente hacen lo posible para evitar la confrontación.
Cómo influyen los recursos y el espacio en el comportamiento
En los caballos domésticos, a menudo, podemos observar situaciones donde los recursos son escasos y, como resultado, se genera competencia. Por ejemplo, el pastoreo restringido o deficiente significa que algunos caballos no llegan a cumplir con las 18 horas diarias necesarias para comer. Ésto, combinado con la falta de espacio supondrá que podamos ver comportamientos agresivos: los caballos se vuelven territoriales y compiten entre si.
El potencial del caballo para competir sobre un recurso depende de 2 factores:
- Cuán valido es el recurso específico para ese individuo concreto en ese momento; por ejemplo, un caballo puede valorar el agua más que otro y ,por tanto, deberá estar preparado para luchar con más firmeza y durante más tiempo para acceder al abrevadero.
- Su capacidad de lucha; esto podría estar relacionado con la edad, la salud, el tamaño, la fuerza, y la experiencia del caballo.
Todos los caballos pueden tener enfrentamientos individuales sobre cada uno de los recursos disponibles, y cada caballo sabría quién ha ganado la batalla. Éstas podrían ser tan sutiles como echar un vistazo a otro individuo o pasar a un encuentro agresivo en toda regla. Una vez que un caballo se da cuenta que ha perdido la batalla por ese recurso específico, es poco probable que inicie una nueva, a menos que las circunstancias varíen.
¿Es el caballo más agresivo el líder de la manada?
Vemos que el mayor nivel de agresividad proviene del individuo que más tiene que perder. Puede ser consecuencia de un historial de privación, o que sus necesidades básicas no estén siendo satisfechas actualmente, por lo que esta agresividad es en realidad solo una forma de defender lo que considera tan valioso.
Desafortunadamente, pocos propietarios son conscientes de ésto, y creen incorrectamente que el caballo más agresivo es el «alfa» o «líder» de la manada. Ésto no es así en absoluto. De hecho, la mayoría de las veces, el caballo más agresivo será quien más luche (el alfa no necesita luchar constantemente, su posición ya quedó clara en su momento).
La investigación
Un estudio realizado por investigadores franceses examinó el concepto de liderazgo dentro de una manada en caballos Przewalski que viven en libertad en Francia. Concluyeron que los individuos no mostraban signos de tener un «líder» que iniciara los movimientos del grupo o «comandara» a otros miembros para que se movieran más rápido. De hecho, el estudio dedujo que la toma de decisiones fue compartida por varios caballos dentro del grupo mediante un consenso parcialmente compartido.
Como conclusión, los investigadores declararon: «A pesar del uso generalizado del concepto de liderazgo, se debe enfatizar que ningún estudio ha demostrado cuantitativamente que ciertos individuos desempeñen sistemáticamente el papel de líder en los movimientos grupales de animales.»

Resumen del estudio
El liderazgo suele aparecer cuando hay una coordinación en el movimiento de los grupos en animales, pero sigue siendo un concepto poco definido. Paralelamente, existe una mayor evidencia en cuanto a una participación colectiva sobre la toma de decisiones de los grupos. No está del todo claro cómo se integra el liderazgo dentro de este reciente marco.
En el estudio se cuestiona la aparición del liderazgo en los caballos, una especie en la que este concepto está muy generalizado. Remarcan las principales definiciones de liderazgo:
- Salir primero
- Caminar al frente
- Obtener la unión de los compañeros
El estudio se probó en 2 grupos de caballos Przewalski. No se encontró ningún líder capaz de conducir la mayoría de las veces al grupo o reclutar rápidamente a los compañeros. Varios miembros del grupo a menudo mostraban comportamientos previos a la partida al mismo tiempo, y la salida simultanea de varios individuos era común.
Concluyen que el proceso de toma de decisiones fue compartido por varios miembros del grupo, un movimiento grupal (es decir, un consenso parcialmente compartido) y que el concepto de liderazgo no ayudó a describir la salida de los individuos y el comportamiento principal entre los movimientos en ambos grupos estudiados. Más bien, este concepto produjo conflicto en cuanto al entendimiento del comportamiento de los grupos.
Traducción: Daniela Cerquetti
Fotos en Santuario Winston
Estudio: Journals.plos.org
Estoy convencida de que «la manada de dos» es una invención como otra cualquiera. Primero porque en la relación de los caballos con nosotros, ellos para nada nos «hablan» como hablarían a sus congéneres: los caballos utilizan un lenguaje especial solo para nosotros. Solo hay que saber escuchar. Ellos son mejores aprendiendo nuestro lenguaje que nosotros el suyo. Pero esto ocurre con todas las especies que el hombre ha domesticado.
Mi caballo es un alfa. Además es un alfa muy cordial y justo. Sin embargo no ejerce de lider conmigo, pero yo tampoco con él. Nos escuchamos mucho. Puedo leer en su cara su estado de ánimo y decidir si es un buen día para jugar/montar/pasear.. o simplemente dejarle en paz en el prado. Esto a mis compañeros en la hípica, les suena a «tontería». Y como muy bien leo en tu artículo de el «daño de la monta en el caballo» los jinetes se niegan (nos negamos) a reconocer que dañamos a nuestro «querido» compañero. Como dije un día, quieres a tu caballo.. pero es en realidad tu esclavo.. el Dulce Esclavo.
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