Me encuentro en mi timeline la imagen de un caballo realizando un ejercicio de alta escuela y no puedo evitar sentir cierto rechazo hacia este tipo de trato hacia el caballo.

Parece que la relación humano-caballo se basa en eso, en trabajar. No cabe la idea del disfrute, del «no hacer».
¿Y que pasa con ese niñ@ que soñaba con disfrutar solo de su presencia? ¿Con jugar con ellos? ¿Con despertarles la curiosidad? ¿Con aprender juntos?

Los caballos no son máquinas: más que demostrado queda que son animales conscientes con grandes capacidades cognitivas, las cuales aun estamos descubriendo. No basemos nuestra relación solo y exclusivamente en llegar a la cuadra y montar para conseguir mejorar nuestro nivel de entrenamiento.
Al hablar de cognición, hacemos referencia a la capacidad de un ser vivo para procesar información mediante la percepción, el conocimiento adquirido (experiencia) y características subjetivas que permiten valorar la información. Consiste en procesos tales como el aprendizaje, el razonamiento, la atención, la memoria, la resolución de problemas, la toma de decisiones, los sentimientos.
Seamos capaces de ver más allá de lo que se nos vende en las hípicas, seamos capaces de permitirnos descubrir a nuestro caballo, ese maravilloso ser que esta deseoso de poder enseñarnos su mundo tal como ellos lo entienden.
Daniela Cerquetti